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01 febrero, 2024

Ruta por las brañas Alleranas (Felechosa, Aller)

 Las brañas Alleranas



Hola, soy Juan, del grupo Pisasenderos. Hoy te voy a llevar a conocer una de las rutas más bonitas y variadas de la montaña asturiana: la ruta de las Brañas Alleranas. Se trata de un recorrido circular de casi 18 kilómetros que empieza y termina en Felechosa, un pueblo del concejo de Aller, situado a 650 metros de altitud. La ruta nos llevará por bosques de robles, hayas y pinos, por prados y arroyos, y por las brañas, que son zonas de pasto de altura donde los pastores llevan sus rebaños a pastar durante el verano. Además, conoceremos algo de la historia y las leyendas de este lugar, que tiene un encanto especial.

 


Comenzamos nuestra ruta en Felechosa, donde podemos ver la ermita de la Virgen de las Angustias, del siglo XVIII, y un molino de agua del siglo XIX. Seguimos el curso del río Aller, que da nombre al concejo, y que forma unas hoces espectaculares entre las peñas. El río Aller nace en el puerto de San Isidro, a 1520 metros de altitud, y desemboca en el río Caudal, en el valle de Turón. A lo largo de su recorrido, el río Aller ha sido testigo de la historia de este territorio, desde la época de los castros celtas, pasando por la romanización, la Edad Media, la guerra contra los franceses, la minería del carbón y el desarrollo turístico.

 


Llegamos a la collada de la Felguera, a 1270 metros de altitud, donde podemos disfrutar de unas vistas impresionantes de las montañas que nos rodean. Aquí se encuentra la braña de Mayaín, una de las muchas que salpican el paisaje. Las brañas son construcciones típicas de la zona, hechas de piedra y madera, que servían de refugio a los pastores y a sus animales. Algunas de estas brañas tienen más de 300 años de antigüedad, y conservan su aspecto original. Otras han sido rehabilitadas y convertidas en alojamientos rurales, donde se puede vivir una experiencia única.

 


¿Sabes de dónde viene el nombre de braña? Según una antigua leyenda, hace muchos siglos, vivía en estas montañas una princesa llamada Braña, hija del rey de los astures. Era una joven hermosa y valiente, que amaba la naturaleza y los animales. Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un pastor llamado Aller, que cuidaba de su rebaño. Se enamoraron a primera vista, y decidieron escaparse juntos, lejos de la corte y de las guerras. Se refugiaron en una cueva, donde construyeron una cabaña con lo que encontraron. Allí vivieron felices durante muchos años, compartiendo su amor y su pasión por el campo. Tuvieron muchos hijos, que crecieron libres y sanos, y que aprendieron el oficio de pastores. Con el tiempo, la familia se fue extendiendo, y fundaron otras cabañas en diferentes lugares. Así nacieron las brañas, que recibieron el nombre de la princesa que renunció a su corona por amor.

 


Continuamos nuestra ruta por el valle del Chirrial, donde podemos ver otra braña, la de L'Otero, y el pico Torres, de 2100 metros de altitud, uno de los más altos y emblemáticos de la zona. Llegamos a la braña de la Tabierna, a 1390 metros de altitud, la más grande y conocida de todas. Aquí podemos ver un conjunto de cabañas, algunas con techo de paja, que forman un paisaje de postal. Cerca de la braña hay una cascada, el Pinganón de la Tabierna, que cae desde una altura de 40 metros, y que es una de las más bonitas de Asturias. Desde este punto, podemos admirar el contraste entre el verde de los prados y el blanco de la nieve, que cubre las cumbres más altas durante gran parte del año.

 


Iniciamos el descenso por la braña de las Ordaliegas, donde podemos ver otra cascada, el Pinganón de la Mornera, y seguimos por el bosque de El Navayu, donde se mezclan robles, hayas y pinos. Llegamos a la braña de la Campona, donde hay una fuente de agua fresca, y seguimos por la braña de Casa Nueva, hasta llegar a la collada de Celleros, a 990 metros de altitud. Aquí podemos ver una antigua calzada romana, que formaba parte de la vía que comunicaba Asturias con León por el puerto de Vegarada. Esta vía tenía una gran importancia estratégica y comercial, y por ella pasaron soldados, comerciantes, peregrinos y contrabandistas.

 


Ya estamos cerca del final de nuestra ruta, solo nos queda bajar por el valle de Fresnedo, donde podemos ver otra braña, la de Los Faracones, y llegar de nuevo a Felechosa, donde terminamos nuestro recorrido. Espero que hayas disfrutado de esta ruta de las Brañas Alleranas, y que te hayas sentido parte de la historia y la leyenda de este lugar.



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