Ruta de los molinos del río Profundo
En esta ocasión, me desplazo hasta el municipio de
Villaviciosa para realizar la ruta de los molinos del río Profundo. Se trata de
una ruta de dificultad baja, pero que requiere precaución por su orografía, ya
que es una ruta muy sombría y húmeda, con zonas de barro. Es recomendable ir
con calzado apropiado y bastones.
Historia y leyenda
Debido a su configuración geográfica, en Asturias se
desarrolló una importante industria molinera aprovechando las corrientes de
agua que circulan por muchos de los ríos de la región. La sustitución de la
fuerza humana por la hidráulica se produjo en la Edad Media, desde entonces la
geografía asturiana comenzó a cubrirse de pequeños molinos que aprovechaban la
energía de los ríos para moler los cereales.
La producción de estos molinos se incrementó a partir del
siglo XVII gracias a la extensión del cultivo de maíz, procedente de América.
Estos ingenios preindustriales abastecían al concejo de Villaviciosa de harina
de distintos cereales.
En cada núcleo rural donde hubiera un río existía un molinero
que molía para todos los vecinos a cambio de una parte de la molienda. En ellos
también se reunían los vecinos del pueblo.
El hecho de ser un referente para la economía de la comunidad,
además de un refugio siempre escondido entre las orillas fluviales, convirtió a
los molinos en objeto de leyenda, sobre todo en materia de rumores sobre
amoríos y tejemanejes pecaminosos que tenían lugar en su interior.
Descripción de la ruta
La ruta tiene una longitud de 14 kilómetros y sale desde el
pueblo de Valbúcar. El coche se puede aparcar en un aparcamiento situado al pie
de la carretera.
Una vez aparcado el coche, se encuentra el primer indicador
informativo de la ruta. Tras unos metros caminando, se llega a una entrada con
dos torreones, que pertenece a la quinta de la vega. Se sube por el camino
dejando la entrada a la derecha, bordeando las instalaciones y siguiendo las
indicaciones hasta llegar al cauce del río.
A lo largo de la ruta, se pueden ver un total de 19 molinos en
diferentes estados de conservación. Algunos están en el mismo camino y otros se
pueden ver de cerca cruzando improvisados puentes.
La ruta está bien señalizada y no presenta ninguna dificultad.
Sin embargo, se recomienda precaución en las zonas de barro.
Comentario final
La ruta es muy bonita y permite disfrutar de la naturaleza y
la historia de la región. Sin embargo, es importante respetar el entorno y no
dejar basura.
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